Que tantas veces me he perdido en la neblina de la reflexión,
como un príncipe de Dario enfrentando un gran dragón azul.
Que tantas idas y vueltas, más de mil millas y aún sin moverme un paso,
como una Alicia corriendo sobre los errores y las disyuntivas de un tiempo que ya es pasado.
Que tantos días transcurridos en esta cárcel de ocho huesos,
como un círculo dantesco, un bucle sin escape ensimismado y oscuro.
-La solución es fácil, -gritan- mata al Minotauro.
Pero soy un pobre Teseo sin hilo a merced del pensamiento recurrente.