domingo

Sobre "Intimidad" de Hanif Kureishi

La vida es un campo de concentración. Esta afirmacion es no es excepcional ni extraodrinaria. Es así, de antemano, ab initio, el hombre nace al sufrimiento, y de ese sufrimiento logra huir (si es que lo logra) poniendo en juego todas sus fuerzas.

En su evolución (escape del sufrimiento) debe ser infiel no una, sino cien veces. Crecer constituye una infidelidad: a los demás, al pasado y a las antiguas opiniones de un mismo.
Si uno no dejase nunca nada ni a nadie, no tendría espacio para lo nuevo.

Aún si lo nuevo parece ser más de lo mismo. Las mujeres, por ejemplo, son todas iguales, hay diferencias físicas claro (altas, petisas, flacas, gordas y de diversos colores) pero son casi iguales en esencia. Aún así, como una especie de coleccionista, nos afanamos en buscar e identificar ese casi. Solo cuando se conoce muy bien a una mujer, se puede llegar a distinguir ese pequeño detalle que la hace distinta de las demás. El objetivo es descubrir esa pequeña diferencia (ese tic, ese olor especial, ese latiguillo, ese lunar escondido, ese sonido al final de la risa), apoderarse de esa diferencia, catalogarla para poder valorar a la mujer que se tiene enfrente por eso que la hace única.

No hay comentarios:

Publicar un comentario